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Joyería contemporánea: el papel del arte en la democratización de las joyas
La joyería contemporánea se entiende como una disciplina joyera rica y compleja, que marca un antes y un después en el sector, y que se caracteriza por virar hacia el terreno del arte. Los inicios de la joyería artesanal son tan antiguos como los inicios de la propia humanidad. Desde hace miles de años, la joyería, elaborada de forma artesanal, se ha convertido en una actividad presente en todas las civilizaciones. .
La evolución de la joyería a lo largo de los años contó con un punto de inflexión con la llegada de la joyería contemporánea. El concepto de joyería contemporánea surge en el momento en que los joyeros viran su concepción joyera hacia un terreno creativo, donde la artesanía clásica se combina con el simbolismo y la capacidad de expresión de las artes plásticas. Si bien los inicios de la joyería contemporánea datan de mediados del siglo XX, resulta imposible concebir esta apuesta de la práctica joyera por la expresión y la imaginación sin tener en cuenta la influencia de corrientes artísticas prematuras.
El modernismo como punta de lanza de la democratización de la joyería
El modernismo (o Art-Nouveau) se convierte en el gran punto de inflexión en la democratización de la joyería y la aparición de una práctica que deja de lado los cánones y las normativas para abrazar la fluidez del arte. Surgido a finales del siglo XIX, el modernismo se convertía en un corriente artístico original, juvenil y moderno que animó a muchos joyeros a crear nuevos estilos y lenguajes a través de la joyería. Influenciados por valores sociales, culturales y estéticos del renacimiento, a finales del siglo XIX, los joyeros europeos empiezan a aceptar un rol a caballo entre el arte y la artesanía. Esto genera la eclosión de piezas de joyería evocadora, con formas no convencionales, que determina los inicios de lo que hoy conocemos como joyería contemporánea.
El joyero artista y artesano: la influencia de Hoffman y Lalique
Adentrados al siglo XX, hay dos nombres que sobresalen en la construcción de lo que hoy denominamos joyería contemporánea. Por un lado, el parisino René Lalique, y por otro, el checo Joseph Hoffman. El joyero Lalique fue propulsor de lo que se denominaría joyería modernista, donde en su taller adoptaba el rol de artesano y de artista en el mismo tiempo. Especialmente interesado en la confección de piezas de cristal y de joyería, Lalique se atrevió a crear obras monumentales, más propias del arte, utilizando técnicas que hasta entonces eran utilizadas por los artesanos. El otro nombre que sobresale a inicios del siglo XX es el del arquitecto y joyero Joseph Hoffman. Influenciado por el periodo de entre guerras, Hoffman pretendía plasmar las corrientes artísticas del momento en una sociedad que consideraba anclada en el pasado. “Mientras nuestras ciudades y casas, nuestros armarios, nuestra ropa y nuestras joyas, y nuestros sentimientos no respeten el espíritu de nuestra época de una forma pura, sencilla y bella, permaneceremos infinitamente atrasados”, aseguraba el artista checo. Por este motivo, Hoffman apostaba por una joyería que rompiera esquemas, con una alta influencia del arte.
Hermann Jünger y el nacimiento de la joyería contemporánea en los años 60
Si hay una época en la que existe cierto consenso sobre el nacimiento oficial de la joyería contemporánea es la década de los cincuenta y sesenta. Con las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial presentes en el viejo continente, y en un contexto de industrialización, el joyero alemán Hermann Jünger apuesta por una joyería que huya de aquello convencional y de las reglas compositivas. Jünger, que fue director de la Akademie der Bildenden Künste de Munich, inculcó una forma de trabajo creativa, explorando los límites tradicionales de la joyería, y utilizando metales no convencionales.
A la tarea de Jünger como impulsora de la joyería contemporánea le seguirían otros nombres destacados como el holandés Gijs Bakker o el británico David Wtkins. Estos autores deciden alejarse de la producción industrial y apuestan por una joyería conceptual, abstracta y evocadora. El resultado es el nacimiento de joyas con capacidad de expresión y alta influencia artística.
La joyería contemporánea mediterránea: de Capdevila a Majoral
El cierre cultural en la España franquista hizo retrasar la llegada de la joyería contemporánea en el país hasta los años setenta. Sin embargo, antes el orfebre catalán Manuel Capdevila había dejado huella en una nueva forma de hacer joyería. Lo hacía desde París, donde creó broches que rompían con los cánones establecidos. A Capdevila le gustaba trabajar con materiales austeros, y fue el impulsor en 1959 del aula abierta de joyería en la Escuela Massana.
Enric Majoral fue uno de los pioneros que llegó a la joyería contemporánea de manera natural en su proceso creativo. El itinerario de Enric Majoral se remonta a los años setena en la Isla de Formentera, donde el joyero catalán encuentra el lugar donde dejar volar su imaginación. El proceso creativo de Majoral nace de forma paralela a las escuelas de joyería, de forma autodidacta, permitiéndole la creación de procesos propios, y concebir las joyas con una forma de expresión cultural y artística.
El resultado es de un joyero que se ha hecho a sí mismo aprendiendo de todo aquello que le rodea, y combinando técnicas tradicionales con su imaginación. Joyas con un lenguaje singular, que transmiten emoción y naturaleza sobre el cuerpo de quien las luce, ampliando el universo de la joya.
